Las lecciones que le dejó a Osorio la eliminación de Nacional en la Copa

Atlético Nacional se fue de la Copa Águila en los cuartos de final. No pudo con el Tolima, equipo que ratificó su paternidad sobre el verde. Si en la Liga las cosas no pueden ir mejor, en el otro certamen al que apuntaba sus dardos el giro fue absoluto de forma tempranera. Los pijaos comenzaron a sentenciar la llave en Medellín y Juan Carlos Osorio sufrió su primer revés en el regreso al elenco verdolaga. 

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No obstante, varias lecciones debieron quedarle al estratega con lo de Ibagué. Lo primero es que el equipo, a nivel ofensivo, crea juego como ninguno pero la producción goleadora no traduce ese dominio frontal. Varias jugadas de peligro se perdieron y los futbolistas llamados a desequilibrar el resultado quedaron en deuda. Lo anterior, más allá que Nacional es el equipo de mayor efectividad en la Liga. 

Ahora bien, si Nacional es un ‘huracán’ cuando se trata de la fase ofensiva, en lo defensivo muestra problemas. Ante Tolima fue igual. Quedó expuesto cuando el rival le imprimió velocidad a la salida, con boquetes enormes que lo muestran frágil. Espacios es lo que a veces dejan los dirigidos por Juan Carlos Osorio. Lo termina pagando caro y eso que no enfrentó a una de las nóminas poderosas del FPC. 

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Atado a lo anterior, el elenco paisa deberá estar pendiente de esos equipos que lo controlan de manera ordenada. Hay varios oncenos en la Liga Águila que lo pueden hacer, tal como lo demostró Tolima. Junior, si vuelve a un buen nivel; Millonarios, como ya lo exhibió Medellín; o el mismo América, especialista contra equipos que en apariencia son superiores en nómina. Los escarlatas, en este semestre, son prácticos e inteligentes cuando de enfrentar a clubes de su misma talla se trata.