Real Sociedad sacó un punto de oro en su visita al Inter: clasifica como primero de grupo
Inter y Real Sociedad no se hicieron daño en un partido donde ambos resolvían al líder del grupo. Juan Guillermo Cuadrado fue titular.
La Real Sociedad certificó este martes su pase a octavos de final de la Champions League como líder del grupo tras un partido más eficaz que brillante ante el Inter de MIlán, pero que le vale para evitar a los grandes rivales en la fase eliminatoria.
Los de Imanol Alguacil fueron superiores en la primera mitad, dominaron con balón aunque sufrieron las embestidas de Marcus Thuram. En la segunda parte aguantaron en los mejores momentos de los interistas y con un ejercicio de madurez fueron llevando el duelo a su terreno para cerrar una fase de grupos de 'Champions' de ensueño.
No pareció que fuera el Inter el equipo obligado a ganar viendo el inicio de la Real, que no se amedrentó lo más mínimo de jugar en un escenario histórico como San Siro y ante un rival que venía en racha. Fueron mucho mejores los de Alguacil en los primeros compases, anularon con una presión perfecta la salida de balón 'nerazzurri' y dominaron con posesión y personalidad.
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Un inicio alentador que poco a poco fue menguando por un simple motivo: Marcus Thuram. El delantero galo, hijo del mítico Lilian Thuram, está siendo una de las sensaciones y revelaciones en Italia. Sin Lautaro Martínez a su lado, encaró el reto de ser el líder de la ofensiva y se echó el equipo a la espalda. De dos acciones aisladas fabricó las dos ocasiones más claras del duelo en el primer acto.
Porque la Real dominó, pero el Inter perdonó en los primeros 45 minutos. Primero con una jugada fundada en los pies de Thuram y mal gestionada por Alexis Sánchez; y poco después con otra creación del ariete francés y una mala decisión en la frontal de Henrikh Mhkytarian, que no vio cómo el pase iba para Federico Dimarco, solo para encarar a Alex Remiro bajo palos.
Salió fuerte el Inter tras el descanso, decidido a ser primero de grupo. Thuram volvió a rondar el gol, pero no acertó a definir con una acrobacia complicada. Simone Inzaghi movió el banquillo pronto y dio entrada a dos titulares que este martes rotaron. Nicolo Barella y Lautaro comparecieron en San Siro, el Inter fue más Inter, aunque sin la amenaza constante que fue Thuram.
La Real seguía jugando con el tiempo a favor y a los italianos cada vez les apretaba más la soga. En esas, Tafekusa Kubo estuvo a punto de cambiar el partido. Su electricidad fue lo único que acercó a la Real a la puerta de Yann Sommer en la primera mitad; y en la segunda, una internada peligrosa con su gran manejo de balón, una caricia tras otra, acabó con el colegiado señalando penalti.
Pero en la era del VAR es complicado que estas artimañas tengan éxito. Las imágenes en el monitor mostraron que el japonés fue al suelo sin ser tocado, por lo que el castigo quedó anulado y Kubo se llevó una amarilla.
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No cejó en su empeño el Inter. Centros laterales de Juan Guillermo Cuadrado en busca de Lautaro o llegadas en segunda línea. Nada bastó para derribar a la Real, que con otra exhibición de interpretación del juego fue llevándose el partido a su terreno.
Y de ahí no pudo escapar el Inter. Solo una postrera jugada de Lautaro amenazó realmente con amargar al equipo vasco una fase de grupos perfecta, sin derrotas. La Real volvió a octavos hace unos días, pero este martes certificó que lo hizo a lo grande, como una gran amenaza para el resto.
Fuente
EFE