Pogacar ganó la etapa 4 del UAE Tour y es nuevo líder
El esloveno se impuso en el Jebel Jais.
El esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates) estrenó el casillero de victorias en su primera carrera del año con una demostración que le llevó a triunfo de etapa y al liderato en la cuarta jornada disputada entre Fujairah Fort y la cima de Jebel Jais, en un recorrido de 181 km y 2.646 metros de desnivel acumulado.
Con un ataque final cerca de meta, Pogacar (Komenda, 23 años) se impuso en un esprint de montaña con autoridad, relajándose en los últimos metros, pero sin permitir que lo alcanzaran el británico Adam Yates (Ineos) y el ruso Alexabder Vlasov (Bora Hansgrohe), que marcaron el mismo tiempo en meta: 4h.49.24, a una media de 37,5 km/hora.
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El arreón del doble ganador del Tour y defensor del título en los Emiratos, cortó el grupo principal, de ahí que cedieran 3 segundos en la cima un grupo con el portugués Guerreiro, el francés Bardet y el español Pello Bilbao, quien cerró el top 10 de la etapa.
Primer triunfo de Pogacar, además en los dominios del patrocinador, y con aroma de triunfo final, pues el esloveno no deja escapar nunca el maillot de líder una vez que se lo enfunda. Subió al podio por el maillot rojo, seguido a 2 segundos por el italiano Filippo Ganna (Ineos), quien aguantó como un titán en la subida, y 13 y 15 segundos sobre los rivales más peligrosos, el ruso Vlasov y el británico Adam Yates.
Delante estuvieron los españoles Pello Bilbao (Bahrain) y Óscar Rodríguez (Movistar), quienes se colocaron en la general séptimo y octavo respectivamente a 35 y 38 segundos.
La primera cita de montaña reunió a los favoritos en su fase final, como mandaba el guion previo. Hasta entonces hubo una escapada de inicio que resultó tan larga como infructuosa para sus dos protagonistas, el italiano Luca Rastelli (Bardiani) y el danés Jakob Egholm (Trek), ambos veinteañeros, cargados de ilusión cargada de pocas opciones de éxito.
La aventura caducó a 15 km de meta. Todo cambió en cuanto se elevó la carretera. Otro ritmo, otro decorado. Empezaba la carrera en serio, sin concesiones, como el ritmo del UAE, que pronto delató las intenciones de Pogacar, quien tenía marcada la cita con lápiz rojo, el color del maillot que acredita al líder-
Bissegger aguantó al principio con orgullo de líder, a rebufo de los UAE, pero el polaco Majka se empeñó en desbrozar el camino a su líder, y de paso en intentar la gloria en solitario. Un primer latigazo redujo el pelotón a 50 unidades.
Lo intentó Majka varias veces, movimientos que sirvieron para comprobar que Yates y Vlasov iban enteros y con aspiraciones. Luego tanteó el propio Pogacar, con las mismas respuestas de los mismos corredores.
La subida fue un tira y afloja constante. Ataques y parones. El pelotón principal, ya muy reducido aumentaba y menguaba dependiendo de los impulsos, como los de Hirt, ganador en Omán, y Taaramae, dos hombres revoltosos del Intermarché.
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Entre tanto farol se adelantó Vlasov a 1,6 de meta, lo que puso en guardia a Pogacar y Yates. El UAE llevaba mayoría absoluta con el esloveno, Majka y el portugués Almeida. Artillería pesada para la batalla final.
Sin mucho margen para los fuegos de artificio, Pogacar apareció regio a 400 metros de la cima tras responder los ataques de Vlasov y del atrevido australiano del Ineos Luke Plapp. Su arrancada fue definitiva, concluyente, abriendo un pequeño hueco que le permitió mirar atrás para ver cómo estaba el patio.
Pogacar se confió demasiado, renunciando a arañar algún segundo a los perseguidores, pero se conformó con el primer triunfo de la temporada en su estreno. Su victoria profesional número 31. Para deleite suyo y del patrocinador. Camino abierto para renovar el título.
De la montaña de nuevo al llano en la quinta etapa que cubrirá el trayecto entre Ras al Khaimah Corniche y Al Marjan Island a través de 182 km. Otra oportunidad para los esprinters.
Fuente
EFE